Este verán tiven o privilexio de estrearme na web de Principia cun artigo sobre claroscuros en astronomía e poesía e sobre o grave problema in crescendo da contaminación lumínica. Acompañáronme nesa incursión o ilustrador Álex Falcón, e os fotógrafos Oriol Jolonch, Sandra G. Rey e Óscar Blanco, así como o astrónomo e ilustrador Tyler Nordgren. Que luxazo vestir coas súas imaxes o esqueleto negro do meu texto. Cáeseme a baba…
Velaquí podedes ler o inicio do artigo, seguilo lendo na web de Principia [e xa perdervos polos seus textos, enfoques brillantes e iniciativas comprometidas coa ciencia e a sociedade] e, logo, de volta aquí se tal, botar un ollo a unha infografía sobre contaminación lumínica [en inglés] da Dark Sky Association que tamén incluín no artigo.
Principia é unha iniciativa imprescindible que, como Naukas ou Mujeres con ciencia, contribúe a forxar os lazos dunha cultura única e unha única cultura. Avante! Eureka!
¿Cuánto hace que no ves la Vía Láctea?
Estíbaliz…Espinosa
Ya en otra ocasión me habían estropeado el espectáculo de la luna llena: un año quise ir a contemplarla en barca al estanque del monasterio de Suma en la decimoquinta noche, así que invité a algunos amigos y llegamos cargados con nuestras provisiones para descubrir que en torno al estanque habían colocado alegres guirnaldas de bombillas eléctricas multicolores; la luna había acudido a la cita, pero era como si ya no existiera.
El elogio de la sombra, Junichiro Tanizaki, 1933
¿Cuánto hace que no ves la Vía Láctea? Esa especie de arco iris en negativo, nuestra propia galaxia vista desde nuestro planeta es, sin duda, abrumadora pero hoy cuesta tanto verla como ver «hablar» a una luciérnaga.
La historia de este puñado de sapiens, es decir, la que nos contamos a nosotros mismos, es la historia de nuestra luz propia. Cómo imprimimos nuestras manos en cavernas, entre yeguas y bisontes rojizos, a la luz vacilante de médulas con llama. Cómo iluminamos con sebo o espermaceti nuestros bailes de medianoche, antes del s. XIX. Cómo uno de nuestra especie se imaginó a lomos no ya de su bicicleta, sino de un rayo de luz y años después formuló la teoría de la Relatividad. Cómo aprendimos a hacer el ruidito ése de luchar con espadas láser…
Ilustrar es iluminar. Los «Ilustrados» (enlightened ones) europeos se llamaron así por su conocimiento radiante, esa Razón tan cool y, al tiempo, tan recién horneada. No sólo nuestras ideas las hemos metaforizado como filamentos en incandescencia, también nuestras obras: desde el Gran Palais de París, iluminado con un nuevo gas, el neón, por Georges Claude para el Salon de l’Automobile et du Cycle en 1910 (velocidad y luz, esa pareja de amigas), hasta nuestros monumentos actuales bajo docenas de focos.
Vivo en una ciudad con un antiguo faro romano. Se lo conoce como La Torre, pero su oficio a lo largo de dos milenios fue el de lanzar rayos al mar. Además de encender el Atlántico en 4 destellos cada 20 segundos… [segue lendo aquí]
Infografía da Dark Sky Association: Que é a contaminación lumínica?